FINALMENTE EL RELATO TAN ESPERADO (JEJE)ERIKA ME DIJO QUE PODIA SUBIRLO ASI QUE AHI LES VA.
MEDITACIONES ERIKATELICAS
“Las cosas grandes y pequeñas de la existencia siempre se nos presentan de forma intermitente; de la misma forma que nuestras victorias y nuestras derrotas. Ese es el sabor de la vida”
CAPANDRES
"LA PROTAGONISTA"
(Basado en hechos Cuasi-reales)
El último miércoles del semestre se había presentado. Erika Constanza se hallaba de pie junto a la puerta del salón de clases, con rostro inexpresivo; más bien con cara de aburrimiento. Era la primera que había llegado aquella tarde, motivada principalmente a leer el último trabajo que dicho maestro “Buenas-noches ” había dejado.
En su mente trataba de analizar si aquel reporte en particular era bueno; pues una cosa era escribir un trabajo para algún maestro y otra cosa era leerlo a toda la clase. Por este motivo no dejaba de sentir ciertos nervios.
~ ¡Hola Erika! - Saludo Sofía, quien también afanada por leer su informe aquella tarde se había presentado cinco minutos antes de la hora indicada.
~ Hola Sofía - Contestó Erika saliendo de su ensueño.
~ ¿Y vos como vas? - Volvió a insistir la primera.
~ Pues bien – respondió Erika ahora algo fastidiada.
Empezaba al sentir algo de rabia y mal genio, aunque no sabia a ciencia cierta cual era el motivo.
~ ¿Vos traes tu trabajo? ¿Hoy lo vas a leer? – Sofía habló tratando de ignorar el acento que se había colado entre las palabras de su compañera; así como sus respuestas cortas, que daban muy bien a entender que no deseaba una charla mas profunda que un hola y un adiós.
~ Si, hoy quiero salir de una vez por todas de este tipo. Estoy mamada y quiero lo mas pronto poder viajar a mi casa.
Erika no era residente de aquella ciudad, su pueblo natal se hallaba a varios kilómetros; y por tal motivo vivía sola en una casa, propiedad de su familia.
~ Yo también quiero salir ya de esto – Respondió Sofía moviendo un paquete de hojas que traía en su mano – También extraño mi casa. No hay nada como la mamá.
~ Eso es muy cierto, - aseveró Erika comprendiendo claramente lo que quería decir la primera, pues Sofía también no era oriunda de dicha ciudad.
Tras estas cortas palabras Sofía entró en el salón vacío y se acomodó en uno de los puestos junto a la ventana y empezó a releer su trabajo. Erika por su parte seguía sostenida ahora por el marco de la puerta, no sabiendo a donde mirar y en que pensar. Los minutos pasaron rápidamente y uno a uno empezaron a entrar en el salón el resto de los alumnos; a algunos la saludaban, mientras a otros la ignoraban, de igual forma como lo hacia ella.
~ Hola chica, ¿Cómo esta? Traes una cara – la voz provino de una compañera delgada en extremo, que se llamaba Maria.
~ Bien – Erika Titubeo – Eso creo. Es que anoche me trasnoche terminando este bendito trabajo y tengo como un dolorcito de cabeza horrible.
~ Se te nota, y a kilómetros – Opinó Maria sonriente. Aquella chica era muy amiga de los comentarios que dejaban desazón.
~ ¡AHH! Yo se Maria, yo me ví en el espejo antes de venirme, así que por favor no me lo recuerdes - fustigó Erika como respuesta.
~ ¡Bueno! ¡Listo! La señorita como que tiene mal genio. ¿Sabes que?, mejor entro - tras estas corta palabras Maria ingresó al aula de clase con una especie de sonrisa macabra.
Hacia más de un año habían dejado de ser cercanas como amigas, pero antes de eso, su amistad alcanzó cierto grado de profundidad; lo que daba esa confianza para decirle una a la otra, cosas que generalmente los amigos no se dicen, sin terminar en malas palabras.
~ Oye, Niña – Dijo un chico blanco, con los ojos verdes claros y el cabello color jengibre.
Erika a quien después del último comentario de su “amiga” Maria, el dolor de cabeza le había empeorado, aquella voz le trajo algo de descanso. Su novio por fin había llegado.
~ Hola niño, y ¿eso porque tan tarde? Saludó y preguntó la joven al mismo tiempo
~ Problemas con este bendito trabajo, no me quería abrir el disquete. No se que le pasó, afortunadamente había traído otro disco de apoyo ¡De la que me salve!
~ ¡Ah! Bueno - Dijo Erika mientras se acercaba a su novio y le daba un tímido beso en la mejilla. Ellos no eran amigos de expresar sus sentimientos abiertamente, pues les causaba cierto escozor que alguien los estuviera observando.
Segundos después una figura inmensa apareció tras la esquina del pasillo, un hombre de un cuerpo monumental y una gran cabeza había hecho su aparición. Buenas-noches había llegado.
~ Hola profe - Saludaron Erika y su novio al unísono.
~ Buenas, chicos – hubo una corta pausa – Pero sigan que ya voy a empezar.
Tanto Erika como su acompañante no tuvieron que esperar otra indicación y entraron inmediatamente, detrás de ellos su maestro y detrás de él un chico afanado que venia sudando copiosamente.
~ Hola Erika - Saludó de paso Cesar, a quien como raro le había cogido un poco el tarde.
~ ¡Ah! Apenas contesto Erika antes de sentarse a la derecha del salón, mientras el otro chico se sentaba en la mitad del salón junto a un grupito ya bien definido de compinches.
~ Buenas tardes - Resopló el maestro para hacer acallar los pocos murmullos que aun persistían en el salón – Bien hoy es nuestro ultimo día de clase, aunque hay muchos quienes no van a poder leer sus informes y después de clase voy a tener que hablar con ellos para ver cuando “tienen tiempo” para leerlo. Terminó su perorata Buenas-Noches con cierto tono despectivo en la voz.
Tanto Sofía como Erika se removieron en sus sillas inquietas para ver cual iba a salir primero de aquella espinosa tarea.
~ ¡Ah! Lo olvidaba – Exclamó Buenas-Noches de improviso mirando su carpeta – No recordaba que aquí tenia el ultimo informe que me entregaron. Regaló una miraba morbosa a todos sus alumnos – Así que bien. Tomó los trabajos y empezó a entregarlos.
~ ¡Ramírez Natalia! Dijo en voz alta y la chica de cabello castaño claro se acerco a recogerlo
~ ¡Rocha Silvia! Exclamó y continuó – Te dijo Silvita, que este tema te va a quedar pequeño. La educación no es un tema para tí busca otro.
Aquel comentario hizo mella en la cabeza de Erika. Sabía muy bien que el tema que ella trabajaba, “El de las fiestas” no le agradaba mucho a Buenas-Noches, y si había comentado el trabajo de Silvia, el de la mejor del salón, ¿Qué seria de ella?
~ ¡Ochoa Roberto Carlos! Repitió nuevamente el maestro. Rápidamente aquel chico se acercó a recibir el trabajo – usted si puede hacer lo que sea ¿No? Comentó Buenas-Noches, - me hubiera gustado ponerle un 4.5 pero simplemente no puedo hacerlo. Roberto tan solo asintió con un gesto de su cabeza el comentario extra y se sentó ilusionado buscando la nota del trabajo.
~ 3.8 – Le dijo a Cesar quien estaba cerca de él. Aquel solo hizo un gesto y siguieron atendiendo la clase.
~ ¡Castañeda Cesar! Emitió nuevamente el maestro. El chico azarado se acercó a su mesa y entonces volvió a comentar – Por lo menos, con esa nota puede pasar la materia. El comentario se derivaba debido a que su anterior nota había sido desastrosa.
Después continuó el profesor llamando uno a uno.
~ Sierra Jiménez Sofía.
~ Utrera Sergio. Aquel era el nombre del novio de Erika
~ Pinilla Jaime. A él le regaló algún comentario
~ Chivata Maria. Con una sonrisita ella tomó su trabajo.
~ Figueroa Erika. Finalmente pronuncio aquel verdugo.
Erika sostuvo un momento la respiración y lanzó un suspiro. Al fin su nombre había sido pronunciado y sentía algo de descanso. Lentamente se levantó de su silla y se dirigió hacia el encuentro de su trabajo, el cual reposaba en las manos del profesor.
~ Bueno Erika, pero parece que mis comentarios por lo bajo no funcionan con usted, así que debo hacerlos por lo alto.
Erika se quedó por unas centésimas de segundo paralizada, ante aquella coletilla. Pero no contestó ni demostró el más absoluto asombro. Tomó su trabajo y siguió su camino esta vez hacia su puesto.
~ Desde luego yo le he dicho, que ese tema no le conviene. Empezó de nuevo el hombre – pero no quiere entenderme que se lo digo por su bien. La voz de Buenas-Noches empezaba a aumentar lentamente. – Recuerda Erika, yo no soy tu enemigo, simplemente te dijo que no es un tema que se acepte en esta universidad para que puedas aprobar tu tesis…
Inmediatamente ante al aumento en la voz del maestro, se posó sobre el salón de clase un aire pesado. Nadie volteaba a ver a la chica que estaba siendo reprimida por el alto hombre. Una o dos sonrisas nerviosas se posaron en los rostros de los amigos más cercanos a la chica, pero rápidamente desaparecieron. Por su parte el cerebro de Erika era una bomba armada. Palabras como “que le importa”, “viejo sapo cabezón” o simplemente “Coma mierda” se arremolinaban en su garganta, pero su autocontrol era muy fuerte y ninguna palabra escaló de la garganta a su boca.
Mientras esto pasaba dentro de Erika afuera la voz seguía:
~ Por favor ustedes que son sus amigos, díganle que ese tema no le conviene; o usted Sergio, Dígale a su novia que busque otro tema, hay tantos en historia…
El rostro de Erika era de hielo. Ninguna de sus cavilaciones se asomó al exterior. Ni una risa nerviosa, ni un ceño, ni una lagrima, nada. Ella misma en cierto momento se sorprendió de ser capaz de contener toda la furia que la carcomía por dentro.
En contraste aquellos que no eran amigos de Erika, empezaron a sentir cierto pesar por ella, pues el comentario ya estaba llegando a los cinco minutos y no había indicio de que acabara pronto.
~ Por supuesto, yo se que las boyacenses son delicadas de tratar, pero no importa si la lastiman diciéndole que eso no es lo que le conviene para su futuro…
Un pequeño tic se presentó en uno de los ojos de Sergio, quien al igual de que los demás, no se atrevía a mirar, ni de soslayo a Erika.
~ Cállese, Cállese, Porque no se calla de una buena vez. Pensaba ahora Erika de forma descontrolada.
~ Pero si usted no quiere, desde luego nadie la puede forzar a dejar un tema que la apasiona. Con estas palabras Buenas-Noches terminó su perorata.
Un gran suspiro de alivio se alcanzó a oír por uno o dos segundos cuando finalmente el hombre se silenció.
~ Bueno, ¿Ahora es que nadie va a leer su informe? Dijo tras el breve silencio.
Raudamente Erika se levantó de la silla, ante la sorpresa de todos. Mas de uno pensó que eso si que era ser valiente; después de semejante regañina, atreverse a posarse a su lado.
~ Muy bien yo leí el libro de….
Pero mientras su boca hablaba, en las profundidades de su mente Erika estaba agradecida, demasiado agradecida de que aquel fuera el ultimo día de clase y que en los semestres subsecuentes ya no volvería a tener una clase con ese maestro. Aunque sabia muy bien, que él se había ganado un buen espacio en su mente por el resto de su existencia.
CAPANDRES
8 DE AGOSTO DE 2005
No hay comentarios.:
Publicar un comentario