martes, abril 25, 2006

CHERNOBIL: Un caso para recordar



¿Fue un mal día cuando un hombre de ciencia descubrió tras muchos esfuerzos la estructura del átomo? ¿Estaría conciente de lo que estaba liberando? ¿Seria capaz de imaginar lo que su descubrimiento podría afectar al mundo? ¿Esa era la tan temida caja de Pandora?


Una oscuridad parcial bajo un cielo semi-nublado no daba a pensar que en aquella zona de Ucrania, y con más exactitud a kilómetro y medio de Pripiat, se iniciaba una catástrofe.

Los indicadores de presión de la central de Chermobil estaban fluctuando. El encargado sin embargo sabia que preciso en aquello momentos se estaba realizando una prueba de precisión para saber la cantidad de energía que podía seguirse generando por el gas que despedía la turbina después de apagada. Lo que no previeron los científicos fue la baja fatal de Xenón en el ambiente, que generó irremediablemente una estabilidad en los neutrones. A las 1:22 minutos de la madrugada del 26 de abril de 1986, se iniciaba un infierno.





Las alarmas resonaron a través de todo el centro nuclear, el reactor cuatro se hallaba fuera de control y se temían fugaz de radiación al ambiente. Ningún técnico pudo ya retener el daño. En los cincos minutos siguientes la inestabilidad del reactor numero cuatro terminó en una explosión. Las capas de hormigón reforzado se habían resquebrajado. Sin embargo la mitad de Europa sabría de la catástrofe algún tiempo después. La guerra fría aun se estaba ejecutando.

Un incendio de grandes proporciones fue lo primero que vieron los habitantes de Pripiat, un gran incendio que no era absolutamente nada en comparación con lo que en aquel momento estaba despidiendo la planta. La radiación estaba llegando a ellos, invisible, fortuita, dañando sus cadenas de ADN. Muchos de ellos, la mayoría, hoy no viven.

Como tampoco viven los voluntariosos bomberos que ofreciendo su vida por el bien común se enfrentaron a las llamas, durante las tres horas siguientes a la catástrofe, evitando la implicación del resto de reactores. Dos días después 18 de ellos habían muerto y 156 ya empezaban a sentir los síntomas por la exposición directa a la radiación.

Pripiat en la mañana del 26 de Abril era un pueblo fantasma. El ejercito Ruso había desalojado a la fuerza a todos los pobladores, tratando de alejarlos de la peligrosa radiación al tiempo que sacrificaban a todos los animales; hecho que sin embargo fue en la mayor parte nulo, pues los ríos, los territorios y los alimentos que ellos consumieron después estaban tan contaminados, que el mundo reconoce muchas veces la catastrote de Chermobil recordando la imagen de sus niños.



La mente fría y calculadora de un ingeniero en aquel momento critico, fue la chispa para tratar de disipar aquel grave error. Se debía clausular la planta. Se debía sellar. No se podía hacer nada mas por el momento, ese era el único camino. Cientos de trabajadores, muchos de los cuales habían vivido en Pripiat se ofrecieron. Ellos sabían la magnitud del daño. Sabían que si no se clausuraba la planta al precio que fuera, medio Europa recibiría aquel ser silencioso que viajaba por el ambiente. A mano y obra de ellos se construyo el SARCOFAGO. La muerte se presentó en forma de Cáncer a muchos de ellos.



El 28 de Abril, tras los chequeos ambientales de los países circunvecinos de Ucrania, como Suecia, Finlandia y Alemania, encontraron una alta radioactividad en el ambiente. Se supo entonces de aquel accidente. Aquella noche, solo se hizo un escueto comunicado al mundo, que fue ampliado por Mijail Gorbachov, solo hasta el 14 de mayo. El daño estaba hecho, pero la URSS no quería reconocerlo.

Las estadísticas en vidas humanas relacionadas directamente con el accidente solo fueron 31 personas, mientras las estadísticas actuales señalan a más de 30.000 personas muertas por diversas mutaciones genéticas y Cáncer. Sin embargo para un futuro se han estimado la implicación de más de 300.000 personas, que morirán de una u otra forma a causa de dicha radiación.

Los actuales estudios señalan que la radiación resultante de aquella fusión, fue 500 veces mayor, a la generada por la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima.

Queda como conclusión saber veinte años después muchos de los hombres que colaboraron de una u otra aplacando esta grave situación piden ayuda para si mismo y sus familias, y muchos les dan la espalda.

¿Serias capaz de dar la vida por miles de personas para que después solamente se olviden de ti?

¿Qué dices? ¿Lo harías?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

no daria mi vida por nadieeeeeeeeeee

Anónimo dijo...

BEA Y FELIX

Anónimo dijo...

LARA Y .................?

Anónimo dijo...

NURY Y PAKO

Anónimo dijo...

ELI Y EMILIO

Anónimo dijo...

FANNY Y JONNY

Anónimo dijo...

UN CASO EXTROVERTIDO

Anónimo dijo...

es triste ver como se ignora a personas capaces de dar todo por sus semejantes.El ser humano no es mas que un animal egoista.