jueves, agosto 18, 2005

MI PRIMERA PUBLICACION

Mi talante de hoy es muy bueno. Acabo de llegar de la entrega de mi primera publicación y tengo mucha fe de que este es solo el inicio de un largo y victorioso camino. La publicación fue de un microcuento que envié a participar a una de las emisoras culturales de la ciudad y BINGO, quede entre los 16 finalistas y mi relato fue publicado junto con el de otros 15 participantes; me siento muy FELIZ.

Además de eso, conocí a alguien, quien también participo en el concurso y me pareció sumamente interesante. Espero que esto pueda resultar ya que sentí química entre nosotros, pero antes de crearme una fantasía, veremos que sucede.

Este es el cuento con el cual participe, espero les agrade.


UNA SONRISA Y UNA MUECA


Con una sonrisa y una mueca me saludó una niña sentada en el carrusel del parque.

- Sí esa es. Me dijo un hombre a mi espalda con voz acallada al oído.

Observé nuevamente a la niña y le vi brillar los ojos mientras me sonreía con la mirada.

- ¿Hay algún problema? Murmuró nuevamente al oído

- ¡Ninguno! Le conteste sin vacilar. Necesitaba ese trabajo pues plata no había.

- Pues bien, vive allí. Me señaló una gran mansión que había cruzando la calle.

- ¿Sabes que tienes que hacer?

- Sí, sólo debo llevarla al auto el martes en la tarde. ¿Cierto?

- Así es… Adiós. Inmediatamente el hombre se alejó con pasos rápidos.

Llegado el día destinado, me hallaba nuevamente frente a la mansión, y la niña de nuevo me sonreía con una mueca. Me acerqué.

- Hola, ¿Cómo estas?

- Bien .contestó algo tímida

- ¿Quieres un helado? - Por allí venden unos muy sabrosos. Dije.

- ¿Me lo vas a regalar? Pregunto sorprendida.

- Sí.

Su rostro se mostró pensativo por un momento, después sonrió y aceptó con su cabeza. La tomé de la mano y me dirigí con ella a la esquina. El auto negro estaba precisamente allí estacionado. Cuando pasábamos por su costado repentinamente se abrió la puerta y la empujé dentro.

- No grites. Le murmuré al oído

El auto se puso en marcha y nos alejamos del lugar. Varias calles después me baje y al mirarla solo le pude hacer una mueca y sonreír, aunque sabia que su futuro era incierto…

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